Hay muchas formas de lograr la molestia y la impotencia en la gente. Una de ellas es la politiquería tan de boga en mi país. Sin en cambio no solo así podría lograrse un rostro amargo, al mejor estilo de los efectos causados por cualquier cítrico fuera de temporada. Este 13 de mayo cosa parecida me paso a mí. Aunque como soy alguien gustoso de las estimaciones, considero que también buena parte de los vecinos en mi calle y viviendas aledañas a ellas sintieron cosa similar. El perfil sensible se apoderó de todos por una zona como Santiago II en la ciudad de El Alto. Por eso dejé de lado una tarea retrasada en otro de mis blogs que esta enfocado solamente a la problemática turística en el país y el mundo.

El por qué, claramente lo explica el rótulo. Y en serio, durante este instante fugaz de mi vida entro en razón de cuanto odio a los ladrones, pero por si acaso no me refiero a los polillas (raterillos niños y adolescentes que roban solo lo necesario para cubrir sus necesidades primaria), quienes eran referenciados por Víctor Hugo Viscarra (+), o a quienes roban un pan por necesidad; me refiero más bien a quienes tienen armadas bandas de rateros. Esos amigos de lo ajeno bien organizados y clasificados por diferentes especialidades: Los de cuello blanco (servidores públicos corruptos), los auteros, lanceros, monrreros, cuenteros, descuiditas, pildoritas, etc.

Ustedes me disculparan, y si no ni modo, pero estos tipos pueden irse a la CONCHA DE SU MADRE, A LA MIERDA, O A DONDE PUTAS SE LES OCURRA. Espero que no por ello sea tachado de vulgar, sino como un tipo que no controla a su dragón (sus pasiones), y de lengua popular, solo eso. Pero a lo que íbamos. ¡Si!, estoy a punto de colgarme, en caso de no llevar al cadalso a alguno de estos humanos inhumanos.

La imagen pertenece a Dis.sgv

Por suerte en esta ocasión no fui yo el afectado, pero podría haberlo sido. ¿Por qué? Por el hecho de tener en mi zona (entiéndase Santiago II de la ciudad de El Alto) a una de estas bandas instaladas especializada en robar medidores, si medidores de luz y de agua. Hoy, fue mi tío vecino el afectado. Lo cual me llevo al estado en el que me encuentro al escribir esto. Seguro me entienden o se identifican conmigo, pues como buen ejemplo de ciberhumanoides globalizados, primero esta uno, pero luego está su familia. Métanse si es su deseo, con mi amigo, con mi chica, mejor si es con mi enemigo. Pero: ¡No se metan con mis tíos, tías y demás familiares!, sino la cosa es ya familiar, como dirían en El padrino. Una suerte, no sé si para uno de ellos o para mí el no habernos topado en tal acto. Perdón si parezco, lo que parezca, pero no entiendo. ¿Cómo estos, estos, ESTOS, pueden haberle robado su medidor de agua a mi tío? Es demasiado, por ello la impotencia, por ello mi molestia, claro con un plus: La coyuntura política de mi país.

Pero al parecer de nada sirve lo manifestado líneas arriba, solo un berrinche. Hasta inconexiones pueden ser escritas. De nada sirve un berrinche, lo comprobé la primera vez que vi vacía la propiedad habitacional inmueble de mi familia, pues allí nada hicieron también los ladrones de verde y caseros que cobran el alquiler de los hijos de la calle y los bebedores sin techo. Nada hicieron los señores, además de cobrar un monto por sentar la denuncia escrita y solicitar cada vez dinero para seguir la investigación, nada. Así que como lo mejor no es confiar en “so autoredad” prefiero confiar en el instinto de mis vecinos. Quienes sufrieron cosa parecida (solo en mi calle desaparecieron en esta fecha tres medidores, además de un número que desconozco de las anteriores semanas).

La queja es ya de conocimiento de la junta de vecinos, quienes espero en serio hagan algo, por competencia. Oficina donde gracias a los vecinos se estableció al menos una solución a este problema. ¿La solución? Elaborar una buena solución de yeso o de cemento y vaciarla en la caja contenedora del medidor. Yeso, pensé. Yeso es entonces lo que hay ahora dentro el contenedor metálico que bien indica “Aguas del Illimani”, muy a pesar de ahora llamarse la empresa nacionalizada EPSAS. ¿Otras soluciones? Mi poca imaginación sugiere reunirse y establecer entre los vecinos un sistema de control entre todos. No sé, tal vez todos tener los teléfonos de todos, para con una llamada y cinco minutos de espera ir a agredir a estos tipos. Por ello llamaré a un cabildo en mi zona, ejem, bueno en mi calle, para ojalá congregar a más de una veintena de personas, para que entre todos nos ayudemos contra estas personas. Ya saben, la unión es la fuerza. Además prepararé el famoso muñequito símbolo de la tergiversada justicia comunitaria, tercer símbolo patrio de la ciudad de El Alto. Un muñeco de trapo sobre un poste que explícitamente contenga en el cartel sostenido por sus extremidades superiores: “El desgraciado que sea pillado robando será linchado para ocupar el lugar de este muñeco”.



Imagen extraida de A TRAVÉS DEL MIRALL

¿Otras soluciones?, los escucho, de otra forma si pulsan el botón izquierdo del ratón aquí, encontrarán para descargar en forma gratuita un buen manual de construcción con yeso.

Podrida, algún día tenía que explotar también yo.

2 comentarios:

  1. Alexis:
    los robos estan al orden del dia en El Alto, hasta vacian casas...
    entre las soluciones, aumentar el numero de policias, aumentar seguridad en la casa, luchar contra la pobreza que es causa de la delincuencia.
    Ideas mil, lamentablemente los que pueden hacerlo (los politicos) estan en guerra por el poder.

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  2. Mario: Si muy cierto, por cierto no estoy seguro si hice referencia al robo que sufrí hace 5 años. Utilizo tus palabras: "vaciaron mi casa".

    Una lástima la coyuntura política en el país (sigo sosteniendo esto) sin embargo no solo ellos no hacen nada, sino que también nosotros, por eso la necesidad de implementar soluciones aunque no las mejores, pero soluciones al fin y al cabo. Ojalá podamos organziarnos en mi zona o al menos en mi calle para protejernos de los amigos de lo ajeno organziados.

    Abrazos.

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