y 12



Porque el sueño es belleza, Iulia antigua,
brasa que mantiene la vida sobre el cuerpo
y guarda la esperanza, la protege,
quebradiza criatura que aspira a lo imposible.
Hay un lugar oculto que no se ha visto nunca,
talismán escondido, perla que montó
un gigante en su frente
y pone a prueba su conquista.
Es el amor soñado, su norma o arquetipo.
paloma que no posa sobre el pretil su vuelo
y deja sobre el lienzo su blancura,
su inasible plumaje.
No existe la palabra, el verbo enamorado, Iulia egregia.
Unimos la ilusión como un proyecto
y creímos que el fuego renacía.
Amor es sólo sombra, eco imaginario.
Entre nosotros vive un espectro grato,
un ardo ascendente que nubla la cabeza.
Por él damos la cara, descendemos al pueblo;
por él la sangre corre virginal y potente,
al fondo un ave extraña, el fantasma previsto,
la nube de rocío a punto de saciarse.
El amor que vivimos, que alzamos como emblema,
guarda dentro un astro que nos conduce lejos;
conserva entre cenizas el rescoldo,
aviva el sueño de los labios y va en busca de otra cosa,
de aquello que fue vivo entre nosotros
y luego no fue cierto, Iulia amiga.

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