¿Quién no ha entrado a un baño público para esperar cantidad de tiempo reteniendo al demonio que lleva dentro? Fruto a veces este de la gula, a veces, dije solo a veces.

Dícese que un hecho posible de replicar en cualquier lugar aconteció, con sus singularidades claro. Un tipo bailando el otro mirando, el otro riendo, el otro esperando. Paralelamente 3 tazas (no precisamente para servir el té) recibían a otros tres que tapaban su pudor tras una puerta.

Papel en mano practicaban la lectura. Recordando quien sabe su primer encuentro con un adjetivo descalificativo del cual hoy todos hacen uso, y ya no necesariamente para descalificar, para generar resentimiento, no, son otros tiempos. Sin duda un momento que marca. ¿Es que es posible aprender en tal postura, sintiendo y aliviando la misma congoja? Me remito a los hechos.

Nada raro que algún escritor como el que teclado en mano comunica lo incomunicable haya precisamente hecho sus primeras artes en una de estas populares puertas. Si alguien lee es porque alguien escribe. Pero no todo es útil en este tipo de pizarras-puerta, pues no falta el despistado que declara su amor en el lugar equivocado haciendo perder el tiempo a los lectores.

Hay casos peores. Esta también el que firma con nombre y apellido para hacer valer sus derechos de autor. Uno aprende pero. Aprende cuando ve letra que no es precisamente la suya al lado o debajo de su nombre cuestionando por ejemplo su sexualidad, o la especie animal a la que pertenece.

¿Sera que por letrarnos a veces tardamos en salir? ¿Podremos algún momento pensar en los otros lectores? ¿Habrá que tomar medidas como el orden de llegada para que ingresen los nuevos lectores? ¿Respetaran los lectores-escritores la producción literaria en mingitorios públicos evitando agredir al trabajo ajeno?

La verdad no puedo saberlo. Pues son preguntas que incomoda. Y yo En este momento estoy sentado y muy cómodo escribiendo.

-Toc, toc, toc, toc, toc

-Ocupado

-¡Apúrese!

-Espere por favor, estoy mal del estomago.

-¡Ah! Disuclpe.

¿En que estaba? Ah, si:

Atentamente: El que lee esto es un cojudo. El que modifica el texto peor. El que ha escrito no puede sentirse tal porque no ha revisado el texto. Al carajo si tiene errores de sintaxis u ortográficos. No pienso ser tachado de cojudo como tú. Y

-¡Puta! Se ha acabado la tinta

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