(17 DE MAYO DE 2015)
 Dos amigos me hicieron cerrar el qhatu librero so pretexto de ir por unas cervezas, luego luego cada uno se puso a contar su versión de por qué sufre por el amor de una mujer. En el vano intento de mostrarme empático me puse a pensar, onda Karl Kraus, en la desdicha del fetichista, que en la eterna búsqueda del zapato de una mujer, tiene que conformarse con la mujer entera. Oh, sí.

(18 DE MAYO DE 2015)
"Ese precio no viene subvencionado según veo" es lo más lindo que m̶e̶ ̶h̶a̶n̶ ̶d̶i̶c̶h̶o̶ han dicho sobre mis libros en años...

(19 DE MAYO DE 2015)
Frente a la puerta de una de las librerías de la ciudad vi tres anuncios que restringieron mi entrada: (1) "CLAUSURADO", (2) "reabrimos el 30 de mayo". Dos de ellos repetían diseño. El otro, escrito a mano por completo, sintetizaba y reiteraba la fecha en que concluiría tal clausura. Un susurro, el de algo más que una remera, me invitó a ingresar clandestinamente. Curioso, aunque sin algo más que monedas en los bolsillos, atravesé un pequeño pasillo, caminé y vi por vez primera la puerta, ADMINISTRACIÓN, que en el vano intento de retener algunos gritos se mantuvo cerrada. Avancé en busca de novedades. Encontré algunas. Me dirigí a la primera y última página. Dejé las secciones FILOSOFÍA, SOCIOLOGÍA, CIENCIAS POLÍTICAS, ENSAYO, POESÍA, NARRATIVA. Escuché el bostezo de uno de los subordinados y el reclamo de un superior: "¡Por lo menos deberías estar leyendo!". Cumplí esa orden. Leo y corrijo lo hasta aquí dicho mientras se enciende la luz de la sección en que dejé libros que ya no tengo en manos. Salgo, agradezco, pero alguien ingresa, ignorando a decenas de ejemplares apilados de "La vida, instrucciones de uso", ahí, pegados a la pared, frente a la puerta que, en el vano intento de retener algunos gritos, lleva fijado aquel cartel: ADMINISTRACIÓN. Yo salgo. Alguien más ingresa.

(26 DE MAYO DE 2015)
Acaban de llevarse, ¡y sin pedir rebaja!, un libro al que sinceramente no le tenía mucha fe puesto que llevaba ya más de un año conmigo a pesar de su precio bajo, bajito. Tal fue escrito por Johann Baptist Metz y titula, o titulaba: La fe, en la historia y la sociedad. El libro, lo mismo que su comprador, se fue. Ojalá no vuelvan. 

(2 DE JUNIO DE 2015)
Con la atención puesta en la pantalla del ordenador respondo a una pregunta que no ha sido formulada por completo: "¿Sobre electricidad?" Levanto la vista y respondo: "Sólo sociales y humanas, señor."
Quien se va, agradeciendo, es Jaime Solares. Se va sonriendo. Creo haber captado el motivo de su sonrisa.

(22 DE JUNIO DE 2015)
Toda visita es un acto de colonización, y más si quienes esperan la llegada del visitante quieren (de)mostrar que somos lo que 800 personas respondieron (SÍ/NO). Tristemente algo queda cuando se juntan cifras y religión (bajo el maquillaje de una investigación cuantitativa). Queda una postura, en desmedro del intercambio de criterios, queda la desinformación. ¿Qué o quién es peor? ¿El visitante o el visitado? Sí, yo también sé hacer pregunta dicotómicas y sesgadas, señora.

(30 DE JUNIO DE 2015)
—Pero rebajame alguito más... A ver, llamaré y veremos —marca un número en el teléfono que suena y suena hasta que:
—Cómo es hermanito, ¿estás arriba?
—No. Estoy abajo.
—¿Pero vas a subir?
—Sí, más tarde(s).
—Quería pedirte pues un favor. Ya que estás abajo. Quería que me salves para comprar un librito.
—Uhhh. Pero cuánto necesitas. Tengo... Apenas 10 tengo. Y eeeso.
—Prestame pues cincuenta. No seas malo.
—Uta. Nooo. Dieeez no más tengo como te d...
—Ya ya ya —sonriendo y poniendo los glóbulos oculares en blanco—. Gracias. Ni modo. Hablamos luego —cuelga, me mira, me habla—. No se ha de poder parece que —me dice, trata de justificarse todavía más, y yo le explico que dejándome un adelanto simbólico por el libro sí se podría, y él saca dos monedas de cinco, y yo las recibo, y le pido que vuelva entre la semana, por las tardes, de 15:00 a 21:00, pues en ese horario puede hallarme, aquí, todavía, compartiendo Intimidades... si es que Intimidad pude llamarse la relación que tengo con mis clientes.


(20 DE AGOSTO DE 2015)
Emma Richter me mira por primera vez primera. No le doy mi nombre. Simplemente, acompañado de Iris Kiya, pregunto por el estado de Emma Villazón Richter, su hija, la que, transportados al 2013, se lleva Rayo y simiente, poemario de Alcira Cardona, y semanas después me pregunta por David S. Villazón. Dos años hacen la distancia que se acorta con cada intercambio de palabras, con el envío que le hago meses atrás a Emma Richter, Emma madre, que hoy, martes 18 de agosto, me mira por primera vez primera. Es mayo, Emma madre recibe de manos del cartero: Arturo Borda Historia desconocida de un artista boliviano. Emma hija, Emma Villazón Richter, desde Chile, sin haber palpado el libro nombrado, me envía dos libros por intermedio de Iris Kiya. Están acá. Conmigo: Memorias prematuras de Rafael Gumucio y Animales domésticos de Alejandra Costamagna. Todavía no los he leído. Tampoco sé, Emma, si comenzaste el libro sobre Arturo Borda, si el libro aquel está en Santiago o en Santa Cruz de la Sierra, si Albanella Chávez Turello te dijo que mi primer acercamiento a tu obra se lo debo a ella y a Escritoras bolivianas de hoy de Mara Lucy García. Queda no saberte no sabiéndolo.
Pero volvamos al 2013, omitiendo, Emma, que acordamos pasear por Elepé (La Paz) y De Facto (El Alto), y quemar algunos libros de la mesita de saldos del qhatu librero, eso, durante la pasada versión de la Feria Internacional del Libro, la XX, en la que apenas pudimos vernos. Volvamos al 2013, al día siguiente de la presentación de Lumbre de Ciervos, presentación a la que no fui, como no iré al entierro de tu cuerpo, al entierro que me recordaría la distancia que se acorta con cada intercambio de palabras, emitiendo comentario por alguien más, fungiendo de intérpretes, tratando incluso al vivo como si estuviese muerto.
Kilómetros me separan del hospital, y de aquel encuentro producido en el hospital. Releo "Parlamento", poema tuyo compartido al día siguiente por Liliana Colanzi. Releo. Una vez más. He perdido práctica. Quizá nunca la tuve. Lo mismo que la poesía boliviana, si es que hay tal, que llegada esta noticia no ha asimilado la noticia.

(19 DE SEPTIEMBRE DE 2015)
Nadie me ha roto el corazón como ella. Se contactó conmigo para que vea un lote de libros, intercambiamos un par de emails, quedamos en vernos a tal hora, en tal lugar, y fui, pero la dirección es inexistente. La llamo, por cuarta vez, no contesta.

 

1 comentario:

  1. jajajaja... "sobre electricidad". No conocía el blog, un abrazo bro. Ya te enviaré el nuestro, haber si alguna vez lo lees.

    ResponderEliminar