Ella esperaba finalice la reunión importante de docentes que se desarrollaba en el piso trece. Duró más de una hora, mientras tanto su imaginación vagaba, ¿Qué ocurriría allá dentro?, ¿Por qué los compañeros estudiantes de campaña no podían ingresar? Terminada la reunión el candidato tenía en sus manos unos papeles dentro un folio, hasta que de repente, uno de los docentes solicitó su préstamo para escribir, aunque… no, un momento, era para firmar.

Ella ya no quería mirar más, ni mucho menos ser vista, así que una vez observó el último acto de manera muy sigilosa se fue, además tenía “clases” una vez más con su docente y candidato.

Por su parte el candidato, descendía hasta el piso once, la felicidad lo inundaba, pues no había sido vana la reunión de la “fundación” Victor Hugo Caero Miranda, fundación benévola y justa para todos, si, para todos sus miembros. Las exigencias no habían sido muchas y las peticiones no eran cuestión mayor a dos consejos de carrera una vez él fuese Director. Así pensaba, hasta que se encontró frente a la puerta dónde lo esperaban sus estudiantes y “seguidores”. De su rostro emergió una sonrisa y pensó: Ahora si vamos a hacer campaña en serio y como en la cueca, primero los de primero y como no hay primera sin segunda…. -rió, pues no pudo esconder su alegría mientras ingresaba al aula-.

Por tercera y “última vez” se iba a analizar como coordinar la campaña con los compañeros de primeros años, las comisiones, la mejora de la propuesta. ¿Pasar clases?, ¿Para qué?, ya habrá tiempo luego de clases. Así, él levantó la voz, mientras sus séquitos lo escuchaban “atentamente”:

-Yo soy diferente, no soy como otros. Yo soy académico, los rosqueros son otros, quienes han ido recibiendo favoritismos y nunca han cambiado sus horarios, gente que ha estado en instituciones públicas y privadas importantes del sector laboral profesional quién sabe con que artimañas. Yo no necesito fingir, cambiar de comportamiento ni memorizarme los nombres de los estudiantes. La campaña mía hace mucho que ha estado abierta debido a la petición de sus compañeros y creo que podemos hacer bastante, pues aquí tenemos firmas de docentes que me apoyan y lo demuestran, seguro vamos a ganar. Ahora por favor reciban la carta que sus compañeros les darán, y lean nuestra invitación personal y propuesta para asistir a nuestra fiesta.

Los aplausos de “sus seguidores” no tardaron, obligaba pues a aplaudir el temor y a la vez los deseos de la promesa cumplida del viaje soñado y prometido. Ella en cambio, quién miró la reciente reunión de su candidato fingía una sonrisa. Más atrás había quienes se pasaban papelitos aumentando de manera burlesca el dogmático discurso. En el papel, existían oraciones salidas de dos bolígrafos un de color azul y otro de color rojo. Letras las cuales por decoro no se pueden plasmar, pero hubo una que llamaría la atención de cualquiera, líneas que decían: Yo consolidaré a la comunidad turística en la carrera, si, seguro, la comunidad turística Víctor Hugo Caero Arias.

Otra clase más del candidato para la dirección de carrera en tiempos eleccionarios había terminado. El candidato dejó lo hecho en el pasado y pensaba en su reunión nocturna con los egresados.

0 Comentarios:

Publicar un comentario