es como saltar,
como cerrar los
ojos sintiendo el vacío y saltar, como dejarse caer a la nada,
al nunca más,
sólo saltar, porque
para eso venimos, porque para eso estamos aquí, para no
hacerle caso a los
letreros que dicen que fumar es malo, que fornicar es malo,
que respirar es
malo,
malo es el que hace
caso a esos letreros,
yo soy un canalla,
que antes era un hombre malo que hacía caso a esos
letreros,
pongámoslo así:
a mí la lluvia me
resbala,
la soledad me
resbala,
los murciélagos
rabiosos y
sedientos me
resbalan,
y yo resbalo sobre
ellos,
yo soy un canalla,
un espejismo con dientes dorados tratando de esconderse
tras el humo de la
marihuana,
ando como perdido y
a veces, cuando tengo un mal día me encuentro
y encuentro que a
mi rostro le sobra ingenuidad, a mi rostro le sobra
ingenuidad, a mi
rostro le sobra,
pero los
murciélagos rabiosos y sedientos me resbalan y yo resbalo sobre
ellos, soy un
canalla que llora porque una flor muere y la flor me grita marica,
y yo le digo,
fresca loca ¿no vez que ando secándome la cal de tus pétalos?,
soy un canalla y
eso me basta para destapar toda la cerveza del mundo y
llorar porque una
flor muere, me avanza también para caer junto a los huesos
de mis camaradas
vencidos por la locura y la melancolía,
y yo le digo,
fresca loca, y la flor me escupe el horizonte, y el horizonte es un
hilo dental que se
pierde entre tus nalgas de papel,
pero volvamos a mí,
ya he gritado demasiado tu nombre para seguirte
regalando basura
la basura me la
quedo yo y la hago pasar por poesía, así puedo contar sin
sonrojarme que me
gusta el alcohol apenas amanece en el mundo, que
me gusta White
Rabbit, ese desbarrancadero que trae el puñetazo vivo de
Jefferson Airplane,
que me gusta el alcohol, White Rabbit y Jefferson Airplane
otra vez, porque la
verdad es que me gustan mucho, y a esta altura de mi
vida, debo
arrimarme a esos gustos para poder decir algo de mí,
yo soy un canalla
que llora porque una flor muere, y la flor me vomita
tempestades, ya no
un horizonte, eso era antes de acordarme
de tus nalgas de
papel,
sigamos:
engañémonos como si
tuviéramos un lugar a donde ir, como si alguien
aguardara por
nosotros en una cloaca de esta ciudad, como si nuestros
nombres aun fueran
escritos detrás de los cuadernos de matemáticas, en los
árboles, o en las
palmas de las manos de mujeres que jamás besaremos, de
hombres que jamás
besaremos,
sigamos:
yo soy un canalla
que llora por las flores pero se acuerda de tus nalgas de
papel, de tu rostro
rojo bajo la noche blanca dentro de la botella transparente
que contiene al
mundo,
en este mes no hay
ángeles, todos están desempleados y peleando por las
ramas de los
árboles más altos, para ahorcarse en
ellas y tomar vuelo, coger
pista en el cielo y
desde allí mirar a los pobres mortales,
nos escupen los ángeles,
nos escupen las flores, nos escupen los sueños
donde cada vez
somos más viejos y tenemos hijos, y tenemos mujer,
y tenemos marido, y
tenemos una fila interminable de amantes que se
reducen al orgasmo
fugaz, después sus manos son ásperas, sus rostros son
descoloridos, sus
palabras son agrias, más agrias que uno que siempre se
anda quedando como
en la mierda,
por eso yo soy un
canalla, Whit Rabbit de Jefferson Airplane lo dice, mi
rostro tiene mucho
de ingenuidad barata, pero se le quita fácil, un par de
cicatrices y la
lluvia no cesa, un par de besos y el veneno no cesa, un par de
puños y la sangre
no cesa, pero tiene remedio,
los ángeles no lo
tienen, les queda una sola vía, un solo camino, yo no quiero
ser un ángel, me
siento bien siendo un canalla, una piedra en el camino, una
palabra rota, una
falta de ortografía,
hablemos de mí y no
de tus nalgas de papel que no dejan de golpearme la
entrepierna también
de papel, si todo sigue así pronto tendremos hijos de
papel, pero eso
tiene solución, les echamos fósforos y ya, al final,
solo es como saltar
como cerrar los
ojos y saltar,
como olvidarme para
siempre de tus nalgas de papel, de tu número
telefónico, del
lugar donde queda tu casa, parece fácil pero no, es más fácil
llenarse de
dinamita el corazón y correr a abrazar al espejo para que de
uno no queden ni
los recuerdos
parece fácil pero
no,
volvamos al inicio,
los murciélagos
rabiosos y sedientos me resbalan, y yo resbalo con ellos,
soy un canalla y
ellos son murciélagos, ¿y qué? También andan solos con
la jeta partida por
la distancia, con las garras podridas por la vejez, con las
alas inservibles y
torpes, pero tenemos rabia y sed, y un canalla y unos
murciélagos en este
estado no son buena compañía, eso lo sabes tú, que
entre tus nalgas de
papel te llevaste mi horizonte, y me dejaste esta, la
basura, la basura
que hago pasar por poesía,
poesía que escucha
el músculo de este público, de estas mujeres y hombres
que mañana te
dirán, el poeta cantó a tus nalgas, dijo que era como una
embarcación que sufría
por el oleaje de tu piel, dijo que te llevaste su
horizonte en tus
nalgas de papel,
y tú preguntarás si
estaba ebrio, si estaba solo, si estaba triste, como para
burlarte, porque
bien sabes que de esas enfermedades yo ya no me curo, yo
solo me agravo, yo
solo me agravo, yo solo me agravo,
Whit Rabbit me
agrava, las flores muertas me agravan, los murciélagos
rabiosos y
sedientos me agravan, hasta tus nalgas de papel que tanto me
gustan me agravan,
yo de esa enfermedad ya no me curo,
por eso mejor digo
que me gusta estar ebrio a la hora en que amanece en
el mundo, solo así
hallo consuelo en medio del témpano de silencio que me
brota dentro de la
garganta como una raíz,
me gusta eso y los
discos de Jefferson Airplane y los barcos de papel para
navegar en tus
nalgas de papel, siempre recuerdo ese espacio cóncavo donde
descansaba mi
cabeza durante siglos esperando la guillotina que trae el amor,
pero el amor es
lento, como las tortugas o los besos, solo los murciélagos
son veloces, los
murciélagos y yo que soy un canalla y no me detengo ni
cuando se me agota
la gasolina, o las balas, o los insultos, o las ganas de
escribirte cartas
para que con ellas te armes un bareto,
ya no volvamos al
inicio, parece fácil pero no,
los poetas son
estanterías donde muere el sol, ceniceros repletos de
lágrimas, zapatos
rotos que sirven de guaridas para las ratas, mejor ser un
canalla, tener
siempre la posibilidad de abrir la boca y tragarse las propias
balas, de abrir la
boca y tragarse a todos
la voluntad de huir
no existe para un canalla, las salidas de emergencia son
cosas de cobardes,
un canalla siempre se queda en el mismo sitio, parece
que se va pero no
es cierto, un canalla se planta, mira a los ojos de la muerte
y le dice hermana,
¿qué hay de nuevas?
y la muerte le
coquetea con las pestañas,
los poetas no, los
poetas lloran por un culo de papel, los poetas lloran por las
flores secas, los
poetas lloran porque el sol se muere detrás de los cactus,
los canallas en
cambio, matamos pájaros esperando matar con ellos los
mensajes de los
náufragos, bebemos y con las botellas hacemos un barco
que siempre se está
hundiendo en el silencio,
a veces nos
prendemos fuego, pero solo cuando estamos contentos, somos
por un momento, la
luz en medio del miedo,
lo demás sobra, lo
demás estorba como los letreros, y con las cosas que
estorban uno puede
construir un universo,
acto uno: deliro de
la música:
yo soy un canalla
que busca en el culo de las botellas la razón profunda
para entender al
mundo,
acto dos: la luz
regresa y yo me voy,
esta parte del
texto deja de ser poesía y pasa a ser lata, pasta, coca, hoja en
blanco, brújula,
cartón,
esta parte del
texto servirá algún día para hacer llorar a las putas,
esta parte del
texto tiene demasiadas lágrimas,
yo soy un canalla,
los canallas no escribimos poesía, somos animalitos
cabizbajos a los
que la vida casca en las orejas,
yo soy un canalla,
con una lupa sobre la piel del mundo busco mis huellas,
y no las hallo, me
pierdo en la soledad de ese desencuentro, en la soledad
de ese desencuentro
digo porque es muy honda la soledad, porque es muy
tosca la soledad,
porque es muy dolorosa la soledad,
que se le da por
estar gruñendo y no,
como los
truenos.
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